Dos reportes recientes, uno de la ONU y otro de Cristosal, vuelven a destacar que la violencia sigue obligando a jóvenes salvadoreños a huir de sus hogares y de su país. Muchos de ellos siguen intentando entrar a los Estados Unidos, donde las políticas draconianas de la administración Trump se empeñan en tratarlos como a criminales y les niega cualquier posibilidad de refugio.
El Gobierno de Estados Unidos reconoció esta semana que ha separado a más de 2,300 niños de sus padres, y que lo lleva haciendo al menos desde mediados del pasado abril. Esta medida es parte de la política migratoria “Tolerancia Cero” anunciada recientemente por la administración del presidente Donald Trump, y suspendida este miércoles 20 de junio tras múltiples protestas internacionales. Aunque el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) niega que se trate de una estrategia para frenar la migración irregular, desde marzo del año pasado el jefe de ese departamento ya había amenazado con aplicarla “para impedir que haya más movimiento dentro de esta red extremadamente peligrosa”.
El equipo de investigación de Cristosal brinda monitoreo constante a las violaciones en materia de derechos humanos, para brindar información oportuna y certera sobre las causas y efectos de estas sobre las poblaciones vulneradas. Alimentado por datos provenientes de instituciones Estatales, de sociedad civil y de cooperación internacional, sus publicaciones fortalecen la labor de defensa y promoción de los derechos humanos en el Norte de Centroamérica.